
La familia constituye el primer grupo social donde niños y adolescentes aprenden a convivir. Para que funcione correctamente es fundamental el establecimiento de límites y normas en casa.
¿Cómo han de ser las normas?
- Claras: Que se entiendan fácilmente, se concreten, no se den opciones y se fijen las consecuencias en caso de no cumplirlas.
- Proporcionadas: Han de ser posibles de cumplir, de acuerdo con la edad y circunstancias de cada uno.
- Consistentes: Han de ser las mismas, sin cambiarse o saltárselas, independientemente de la situación, estado de ánimo o presencia de otras personas.
- Fijadas: Es importante que no solamente se establezcan verbalmente, también escritas porque ayuda a que se integren mejor o no se olviden.
- Explicadas: Hay que decirles por qué se establecen y el aprendizaje que tendrán con ellas.
- Aceptadas: Cada uno se debe comprometer a cumplirlas.
- Recompensadas: El refuerzo positivo por su cumplimiento ayuda a orientar una conducta.
¿Qué beneficios tiene para los niños y adolescentes?
- Les ayuda a obtener la seguridad y protección que necesitan para enfrentarse después al mundo.
- Ayuda a regular sus ritmos de sueños y alimentación.
- Aprenden a ser responsables y asumir las consecuencias de sus actos.
- Ayuda a mejorar la comunicación entre los miembros de la familia.
- Les permite adquirir valores como la responsabilidad, el respeto y la tolerancia.
- Reduce la probabilidad de que surjan conductas de riesgo en la infancia y adolescencia.
- Aprenden a establecer relaciones sanas basadas en el respeto y la tolerancia.
- Facilita el autocontrol emocional.
- Permite una convivencia mas organizada y pacífica.
Es frecuente en terapia encontrar a padres y madres que acuden porque la convivencia con sus hijos es muy difícil. En la clínica Dra. Teresa Aparicio, contamos con un equipo de profesionales que te ayudarán a trabajar estos problemas familiares.